viernes, 21 de marzo de 2014

El pasaje de las sombras


Los premios de literatura no son garantía de calidad. Así se ha podido comprobar con los ganadores de algunos de los certámenes nacionales e internacionales literarios que, después del boom inicial producido por el marketing derivado de la concesión del premio, han pasado a la historia sin pena ni gloria. No pondré ejemplos, aunque tengo algunos en la cabeza. 

No es este el caso del VII Premio de Novela Negra RBA otorgado al autor islandés Arnaldur Indridason, por su novela El pasaje de las sombras. Este licenciado en Historia, que ejerce de periodista y de escritor, nos ofrece en El pasaje de las sombras una trama  sencilla, con un hilo conductor claro que se desarrolla en dos planos temporales. El primero de ellos, es el de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que llegan numerosas tropas a Islandia procedentes de Canadá, Inglaterra y Estados Unidos. Las jóvenes islandesas, acostumbradas a unos hombres rudos y poco atractivos, descubren en los soldados al novio y marido soñado: guapos, bien vestidos y muy amables con ellas. La situación está servida en bandeja y son muchas las islandesas que entablan relaciones con los militares que han llegado, para conseguir sus favores, les engañan prometiéndoles que, después de la Guerra, contraerán matrimonio con ellas y las llevarán a sus países, donde la vida es más fácil y hermosa. 
Este es el caso de Ingiborg, una muchacha que se enamora de un soldado americano. En uno de sus encuentros cerca de Teatro Nacional encuentran el cadáver de una muchacha. Frente a la reacción de Ingiborg, que insiste en ir a la policía, Frank, que así se llama el soldado americano, le aconseja huir para evitar complicaciones. Poco después el cadáver es descubierto y la investigación encargada a dos policías: Flóvent y Thorson, quienes descubren que la muchacha asesinada ha sido estrangulada. 


Seis décadas después, una mujer, alertada por no ver a su vecino, llama a la policía. Tras descubrir el cuerpo del hombre muerto en la cama sin signos aparentes de violencia, la forense le practica la autopsia, en la que descubre que ha sido asfixiado. El caso es encargado a Marta que es ayudada por su antiguo compañero de trabajo ahora jubilado. En el transcurso de la investigación se descubre que el hombre asesinado no es otro que Thorson. El hecho de que haya muerto asfixiado, hace que la policía sospeche que el antiguo caso de la joven asesinada en el Teatro Nacional guarde relación con éste.


Pasaje de las sombras hace alusión al barrio donde transcurrieron los hechos, un lugar en el que también vivía Konrad, el compañero jubilado de Marta, quien recuerda la existencia de un médium que vivía en el lugar y con el que su padre hacía trapicheos, al que recurrieron los familiares de la muchacha asesinada. La novela escrita por Indridason es muy buena dentro de su género: los planos temporales están perfectamente enlazados; los personajes centrales -sobre todo Konrad y Thorson- muy bien trazados, se hacen pronto un sitio en el corazón del lector. El autor describe a la perfección la sociedad islandesa, su aislamiento y desconfianza frente al desconocido y no por largas descripciones, sino a través de la acción y los diálogos entre los personajes. Un lenguaje conciso, sin excesos injustificados de violencia ni erotismo y con un ritmo narrativo muy bien distribuido hacen que este escritor, que apuntaba maneras en sus obras anteriores, se confirme como una de las grandes promesas de la novela negra actual.

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